En el padel, y en todos los deportes de raqueta, existen algunas lesiones frecuentes ocasionadas por la repetición de movimientos. Es el caso de las dolencias asociadas las muñecas o a los hombros pero también relacionadas con el codo. Hoy en Time2Padel te damos algunos consejos sobre la epicondilitis, qué es, cuáles son sus principales causas, cuáles son sus síntomas, cómo tratarla y cómo prevenirla.
¿Qué es y por qué se produce el codo de tenista en padel?
La epicondilistis, comúnmente conocida como codo de tenista, se produce por la inflamación de los tendones que unen la musculatura de la mano y el brazo con el epicóndilo de la cara lateral exterior del codo. Esta lesión se produce por un sobreesfuerzo de los músculos del brazo así como por la repetición de movimientos siendo una dolencia habitual de ciertos trabajos físicos y también especialmente de los deportes de raqueta como el padel al producirse pequeñas lesiones en el tendón que pueden agravarse si no se previenen y tratan correctamente.
En padel el codo de tenista se produce por distintas causas, siendo la repetición y sobreesfuerzo que hemos comentado el problema principal. Para evitarlo debemos de tener cuidado con:
- Revés: Este golpe es probablemente el que genera más esfuerzo en el brazo por lo que es imprescindible saber ejecutarlo correctamente.
- Pala de padel: Existen palas de padel más o menos pesadas y diferentes pesos para cada modelo. Elegir una pala que nos obligue realizar un esfuerzo excesivo puede desencadenar en una lesión de codo.
- Impacto de la bola: A la hora de golpear la pelota es necesario recordar que debemos separar el brazo del tronco para evitar un esfuerzo excesivo en el brazo.
- Movimiento: Los golpes desde el fondo de la pista se han de realizar de lado. En muchas ocasiones, especialmente en aquellos jugadores que se están iniciando en el padel, no se presta atención al juego de pies y se golpea la pelota de frente.
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¿Qué síntomas presenta y cuál es el tratamiento a seguir si sufro codo de tenista?
Existen diversos grados de epicondilitis pero es mejor prevenir que curar por lo que tendremos que estar atentos a los posibles signos de sufrirla aunque sea leve para evitar que esta se agrave. Sentir dolor en la zona, sufrir molestias a la hora de levantar o agarrar con fuerza un objeto, realizar algunos movimientos e incluso sentir una pérdida de fuerza pueden ser síntomas claros de una incipiente o avanzada epicondilitis.
Si sufrimos estos síntomas es conveniente comenzar un pequeño tratamiento que mitigue el dolor y, a medio plazo, lo elimine. Tras el estiramiento al finalizar un partido debemos de aplicar hielo a la zona dañada durante unos 30 minutos repitiendo este ejercicio durante unos días para eliminar el dolor y reducir la inflamación. Si la molestia se agudiza es conveniente tomar un antiinflamatorio. Si la dolencia persiste debemos de dejar de jugar al padel y acudir a un fisioterapeuta que nos trate con vendajes y otras técnicas adecuadas como ejercicios para devolver la movilidad a la zona.
¿Cómo prevenir o evitar que se vuelva a producir la lesión?
Atendiendo a las principales causas que desembocan en la epicondilitis es necesario aprender y mecanizar bien los golpes que se han de ejecutar durante un partido de padel evitando así fallos de posición o golpeo que nos obliguen a realizar gestos inesperados o un esfuerzo excesivo en el brazo.
Además debemos de elegir una pala que se adapte a nosotros con un peso adecuado que nos permita sentirnos cómodos en la pista y mover la pala sin dificultad. Existen algunas palas de padel diseñadas para evitar la epicondilitis que destacan por integrar tecnologías que reduzcan las vibraciones o incorporar en su núcleo goma FOAM.
Como en todas las lesiones, es fundamental realizar un calentamiento específico antes del ejercicio y un estiramiento completo después. Además es importante, sobre todo si ya hemos sufrido epicondilitis, realizar ejercicios de fortalecimiento de la zona para dificultar la aparición de la lesión.