Taberna La Marcela en Madrid
La idea nació en el Puerto de Santa María en unas vacaciones de verano, hace siete años y a iniciativa de sus tres propietarios. El calor y la nostalgia de ver como el verano llegaba a su fin les invadió llevándolos a soñar con un reto; su vena creativa les incitó a innovar a su llegada a Madrid.
Sus actuales propietarios debían regresar a sus respectivos puestos de trabajo tras unas merecidas vacaciones. Julio debía reincorporarse a su despacho, Manolo entraba a las 8 de la mañana en su oficina de Caja Madrid y Pedro se iniciaba en sus primeras prácticas jurídicas. Como excusa para abandonar esas obligaciones inventaron La Marcela, soñando y sin querer.
La idea se llevó a cabo en abril de este mismo año, hasta entonces se ha ido gestando poco a poco. La falta de tiempo y experiencia lo complicó todo un poco; además de las miles de visitas a locales, números, cuentas que no cuadraban… todo ello ralentizó el proceso de construcción de La Marcela.
La Marcela, un restaurante lleno de arte
El restaurante nació en el corazón de Madrid, en pleno barrio de Salamanca, donde el cielo y el asfalto se juntan al tiempo que deja de ser una urbe para convertirse en albero. Allí puedes disfrutar de un exquisito jamón extremeño acompañado de un buen vino español, así como de una cocina tradicional al estilo mediterráneo, con dotes creativos y un ambiente cálido. En La Marcela se respira aire del sur, cabalga al compás de una guitarra española.
Actualmente se ha convertido en el escenario ideal para todo aquel que desee compartir su sentimiento convirtiéndolo en canción. Se pude disfrutar de pequeñas jergas flamencas que surgen de forma espontánea y natural de la mano de sus clientes y, a la postre, amigos.
Tanto sus comidas como las cenas constituyen encuentros entrañables, donde los invitados disfrutan de sus servicios y productos de la más alta calidad española.